Nunca el equipo de Taconeo había terminado un rodaje de una forma tan zen como tras la filmación del lado más espiritual de Ibiza. La isla blanca es una generadora incansable de decibelios gracias a su famosa cultura clubbing. Pero a la vez es un paraíso para aquellos que quieran alimentar su espíritu de buenas vibraciones y energía positiva.